Mientras el gobierno de Javier Milei celebra su autoproclamado éxito en controlar la inflación, el pueblo siente en sus bolsillos una realidad bastante diferente. En apenas una semana de enero, la leche y los huevos aumentaron casi un 5 por ciento y el pan subió más de un 2 por ciento.

Pero, ¡tranquilos! El relato oficial dice que todo está bajo control gracias a la caída en el precio de la carne. Así, la suba de precios de los alimentos promedió un modesto 0,5 por ciento.

Según la consultora LCG, que seguramente no leyó el guion del Gobierno, los alimentos y bebidas aumentaron un 0,5 por ciento en la segunda semana de enero, acumulando un 1,7 por ciento en el mes.

Claro, la baja en la carne sirvió de excusa perfecta para disfrazar los incrementos en productos esenciales como los lácteos y huevos (4,7 por ciento) y los panificados (2,1 por ciento).

Si la carne no hubiese bajado, el aumento semanal habría sido del 1,3 por ciento. Pero mejor no mencionar eso, no vaya a ser que se arruine la narrativa de la “desaceleración inflacionaria”.

El listado de los productos que modificaron sus precios, es: Productos lácteos y huevos: +4,7 por ciento; Productos de panificación, cereales y pastas: +2,1 por ciento; Frutas: +1,7 por ciento; Verduras: +0,7 por ciento; Comidas listas para llevar: +0,1 por ciento; Bebidas e infusiones para consumir en el hogar: -0,9 por ciento; Carnes: -1,2 por ciento; Azúcar, miel, dulces y cacao: -1,5 por ciento; Aceites: -2,1 por ciento; y, por último, los condimentos y otros productos alimenticios: -3,2 por ciento.

Eso sí, si no podés pagar la leche o el pan, siempre queda la opción de celebrar que el aceite y los condimentos bajaron. Al fin y al cabo, Milei prometió ajuste, y vaya si lo está cumpliendo. La inflación está tan “bajo control” que hasta parece que nos están tomando el pelo.