El Gobierno de la Nación logró obtener un préstamo por 1.000 millones de dólares del Banco Mundial con el objetivo de sostener las tarifas sociales en los servicios de transporte público y electricidad.
Según se detalló en un comunicado oficial del organismo internacional, el préstamo estará destinado a garantizar la sostenibilidad y equidad del transporte público, especialmente en áreas donde se aplican descuentos a los usuarios más vulnerables.
Una de las principales medidas que se mantendrá con estos fondos es el descuento del 55 por ciento en la tarifa del transporte público a través de la tarjeta SUBE, que se aplica en 61 localidades del país.
Este beneficio alcanza especialmente a jubilados y beneficiarios de prestaciones sociales. Además, continuará el subsidio en los segundos y terceros viajes realizados con la misma tarjeta, lo que ha sido una de las principales medidas de apoyo a los sectores de menores recursos.
El préstamo también tiene como fin asegurar que las localidades bajo la jurisdicción nacional, como el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), puedan seguir manteniendo el precios de colectivos y trenes por debajo de los costos reales, a pesar de los elevados gastos operativos.
Para ello, el Ministerio de Transporte había reducido previamente los fondos destinados a las provincias para compensar los aumentos de costos en el transporte público, lo que generaba dificultades para muchas de ellas.
El acuerdo con el Banco Mundial incluye plazos de reembolso que se fijarán en los próximos meses, permitiendo al Gobierno mantener los subsidios necesarios para garantizar el acceso equitativo al transporte público en todo el país.