Mientras el país arde por los cuatro costados y la sociedad ya comienza a mostrar un cansancio cada vez mayor para con las políticas hambreadores del Gobierno y el discurso inverosímil de Javier Milei para justificar el indefendible ajuste a los sectores más vulnerables del país, la gestión de “Jamoncito” tuvo que dar un volantazo precipitado en materia energética para no morder la banquina y comprometer la tan ansiada caída de la inflación.   

Es que el Gobierno tenía pautada una audiencia pública para noviembre que tenía como objetivo actualizar las tarifas del transporte de energía eléctrica, algo que se vería reflejado en un incremento notable en los precios ya de por sí abultados de las boletas de luz de los usuarios, pero también en toda la cadena productiva, justo en el marco del comienzo de la temporada más cálida, que implica un aumento del uso de la corriente.

De este modo, la gestión del Presidente tuvo que recular en chancletas y emitió este martes la Resolución 743/2024 en el Boletín Oficial, por medio de la cual el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE), deja sin efecto la audiencia prevista para el 5 de noviembre de 2024.

Desde ya, aunque la justificación del ENRE para la postergación es “la positiva reacción de la economía ante las acciones implementadas por el Ministerio de Economía y la notoria desaceleración inflacionaria verificada a la fecha”, lo cierto es que a estas alturas el Gobierno del “Peluca” no tiene mucho positivo para mostrar, salvo el último dato de la inflación, que fue del 3,5 por ciento.

Si bien los números ofrecidos por el INDEC son cuestionables puesto que el costo de vida se ha visto aumentado notablemente por factores que no se computan dentro del Índice de Precios del Consumidor (IPC), la ficción que intenta sostener el “León” acerca de un ordenamiento de las cuentas del Estado necesita demostrar algún indicador positivo, y en ese sentido, la desaceleración de los precios en las góndolas, por más que venga acompañada de una caída del consumo, es el último clavo caliente del cual puede agarrarse el Gobierno.

Atento a que con el aumento de la temperatura en los meses primaverales el uso de aparatos de refrigeración requiere mayor cantidad de energía, un aumento en las boletas de luz no solo hubiera implicado un gasto mayor para la población general, sino también que ese incremento tarifario se traslade a los precios de los bienes de consumo, lo que posiblemente se vería reflejado en una aceleración inflacionaria.

En este contexto, es evidente que el “Presiduende” tomó nota de que perder la lucha contra el IPC sería una herida letal para su Gobierno, y sin más preámbulos tuvo que comerse los mocos y dejar de lado su afinidad hacia la desregulación económica y el privilegio de las empresas por encima de los usuarios.

De este modo, aunque posiblemente el “Peluca” haya evitado crispar aun más los ya tensos nervios de la sociedad, ahora se puso de sombrero a las firmas del sector, que esperaban que “Jamoncito” les habilite sus más descabelladas fantasías económicas.

Las empresas afectados por esta decisión son las concesionarias  Transcomahue, Transnea, Transnoa, Transba, Transpa, Epen, Distrocuyo y Transener. Las tarifas a ser fijadas en dicha audiencia iban a regir a partir del 1 de enero de 2025, en el marco del Proceso de Revisión Quinquenal de Tarifas (RQT), un mecanismo establecido por el ENRE en abril pasado.

Con esa opción por ahora descartada, queda esperar por la reacción del empresariado ante el volantazo del Gobierno libertario, pero lo cierto es que la situación energética para el país durante los últimos meses del 2024 y el principio del 2025 va a dar que hablar si los augurios de falta de energía que vienen pronosticando desde distintos sectores se cumplen.