Las universidades públicas se encuentran en pie de lucha ante lo que se considera un brutal desfinanciamiento por parte del gobierno de Javier Milei. Con su veto a la ley de financiamiento universitario, el presidente ha dejado claro su desprecio por la educación pública, bloqueando recursos fundamentales y provocando una crisis sin precedentes. El presupuesto 2025, impulsado por su administración, plantea recortes alarmantes: las universidades recibirán la mitad de lo solicitado por el Consejo Interuniversitario Nacional, lo que pone en riesgo su funcionamiento.

Estudiantes, rectores y gremios se han visto obligados a organizar una serie de acciones para resistir estos ataques. Tras la serie de ocupaciones y vigilias realizadas la semana pasada, este jueves habrá un nuevo paro convocado por el Frente Sindical de Universidades Nacionales, y se espera una semana de movilizaciones y visibilización de la crisis. El panorama no es alentador: mientras los trabajadores universitarios se enfrentan a una pérdida salarial del 63,5 por ciento en lo que va del año, la oferta del gobierno ha sido un magro 6,8 por ciento, claramente insuficiente para paliar la grave situación.

Lejos de ofrecer soluciones, Milei ha recurrido a la retórica incendiaria, atacando a los rectores y acusando a los estudiantes y trabajadores universitarios de ser parte de una conspiración para mantener “curros”. En sus redes sociales, el presidente se ha dedicado a desacreditar las demandas legítimas de la comunidad universitaria, en lugar de ofrecer respuestas concretas a la crisis.

El conflicto no parece tener una resolución rápida. Los gremios ya han comenzado a planear marchas federales para noviembre, con la idea de movilizar a miles de estudiantes y trabajadores desde el interior del país hacia Buenos Aires. El objetivo es claro: frenar los recortes, garantizar el financiamiento de las universidades y exigir una recomposición salarial que permita a los trabajadores recuperar parte de lo perdido.

El inicio de esta nueva fase se reflejará este lunes en las universidades, donde los estudiantes han convocado a asambleas en distintas facultades. La semana pasada se registraron 50 ocupaciones y vigilias en todo el país. Algunas de estas aún persisten, mientras que otras que habían finalizado podrían retomarse, e incluso surgir nuevas. "En la Universidad de Buenos Aires, la semana pasada hubo tomas en las facultades de Psicología, Sociales y Filosofía y Letras, pero hoy se realizarán asambleas en todas las facultades de la UBA", explicó Camila Silveira, del centro de estudiantes de Veterinaria.

Por otro lado, este jueves el Frente Sindical de Universidades Nacionales dió aviso de que este jueves habrá un nuevo paro que agrupa a todos los gremios de trabajadores docentes y no docentes.

A partir del 21 habrá más actos de visibilización que se repartirán en clases públicas, volantes y actividades callejeras. Tanto los gremios como los centros de estudiantes van a ir definiendo sus alcances y modalidades. Van a ir debatiendo la continuidad de las clases y cómo afrontar el conflicto presupuestario.

El gobierno de Milei, con su política de ajuste implacable, está empujando a la educación pública al borde del abismo. La comunidad universitaria no está dispuesta a quedarse de brazos cruzados, y las protestas y movilizaciones continuarán, exigiendo que se escuchen sus reclamos antes de que sea demasiado tarde para las universidades públicas del país.