Política
Sexualidad y Justicia

La compleja psiquis del ex juez de la Corte que antes de ser garantista justificaba el golpe militar

Eugenio Zaffaroni, de joven, cuando trabajaba de juez en la última dictadura militar. (Fuente: Revista Noticias)
Eugenio Zaffaroni, de joven, cuando trabajaba de juez en la última dictadura militar. (Fuente: Revista Noticias)
Ana Touché, actriz porno e inquilina de uno de los prostíbulos de Zaffaroni. (Foto: Revista Noticias)
Ana Touché, actriz porno e inquilina de uno de los prostíbulos de Zaffaroni. (Foto: Revista Noticias)

Según Grok, la herramienta de Inteligencia Artificial de X (ex Twitter) Eugenio Zaffaroni es un ex político argentino, juez y criminólogo. Se desempeñó en la Corte Suprema de Argentina de 2003 a 2015 y en la Corte Interamericana de Derechos Humanos de 2016 a 2022.

Afirma dicha herramienta que Zaffaroni es un autor prolífico, con 25 libros publicados sobre temas que van desde el derecho penal hasta la criminología. Ha recibido doctorados honoris causa de universidades en América Latina y Europa. En 2009, recibió el Premio de Estocolmo en Criminología. A pesar de sus logros, ha sido criticado por su abolicionismo abierto anterior y su enfoque minimalista de la ley penal, que algunos consideran una forma de abolicionismo

Un informe de la revista Noticias publicado el 20 de junio de 2015, Zaffaroni no pierde la compostura. Nunca.

Luego de una semana agitadísima en la que fue cuestionado por escribir un libro de derecho penal durante la dictadura -donde justificó el golpe de Estado y en la que lo nombraron magistrado en la Corte Interamericana de Derechos Humanos, Eugenio Zaffaroni tuvo tiempo para opinar de política y bancar sin grises la flamante fórmula presidencial del kirchnerismo de esa época.

Como siempre, con su tono calmo y didáctico, le dio un apoyo rotundo al pecandida presidencial de entonces Daniel Scioli (ahora funcionario del presidente libertario Javier Milei) y al secretario de Legal y Técnica, Carlos Zannini. "Mi candidato a presidente es Scioli. Daniel es un hombre razonable, con experiencia política, dos mandatos gobernando la provincia de Buenos Aires, un hombre con códigos”.

“Por la política de seguridad por ahí nos peleamos, pero lo importante es que nadie venda Aerolíneas, que no venda los pozos petrolíferos, que no saquen la Asignación Universal por Hijo. El anuncio de Zannini me acerca más a la idea de continuidad", se confesaba en una entrevista con la oficialista Radio Nacional que evitó el mal trago de preguntarle por el libro en el que justificaba algunas de las atrocidades cometidas por los militares.

Meses después, Scioli perdería frente a una alianza entre liberales y radicales que llevaría al poder a Mauricio Macri.

Detalles

El magistrado es un personaje complejo. Repleto de matices y al que no lo incomoda moverse al límite. Zaffaroni es el mismo que siendo juez de la Corte Suprema fue acusado por alquilar cinco departamentos como prostíbulos.

Y que con una reconocida trayectoria como juez garantista y doctor honoris causa por una decena de universidades, no dudó en morigerar la pena en un caso de abuso sexual a una menor con el extravagante argumento de que la luz estaba apagada, describía la revista Noticias.

También es el mismo que se convirtió en uno de los símbolos culturales de la "década ganada" kirchnerista, pero que tuvo el pragmatismo suficiente para respaldar a Scioli cuando el proyecto lo requería.

Pasado

La aparición del libro "Derecho Penal Militar" que escribió Zaffaroni en 1980 fue un golpe para el juez.

Aunque se sabía de su existencia -Zaffaroni inició su carrera como juez durante la dictadura de Juan Carlos Onganía-, nunca se había difundido a gran escala el contenido del material.

El escándalo se desató por estos días, justo cuando se definía su cargo como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, y fue presentado por diferentes ONGs como una impugnación a su candidatura.

Hay párrafos estremecedores, sobre todo si se tiene en cuenta que hoy el juez es uno de los máximos exponentes del garantismo.

Allí Zaffaroni justifica que los militares asuman el poder sin elecciones mediante y hasta argumenta sobre la posibilidad de que "den muerte". "Los bandos para el supuesto de conmoción interior, fuera de la guerra, también requieren una necesidad terribilísima, que debe estar dada por la circunstancia de que la conmoción interior alcance un grado tal que la autoridad del lugar no pueda evitar estragos, es decir, que la alteración del orden sea de tal naturaleza que el peligro de afectación masiva y grave de bienes jurídicos tales como la vida, la propiedad, etc., sea inminente e inevitable por la autoridad local.  De allí surge la posibilidad de que la autoridad militar asuma el gobierno o el mando de una parte del territorio". El capítulo más crudo, para un ex juez que hoy se considera garantista, lo tituló "La excepcional necesidad de dar muerte al delincuente".

El libro también se mete con la homosexualidad en la vida militar. Y allí, el Zaffaroni de 1980 vuelve a contrastar con la imagen que se tiene del Zaffaroni actual: un juez progresista, homosexual, abierto, que defiende a las minorías y que es definido por los sectores más conservadores con el eufemismo de "soltero sin hijos": "La homosexualidad entre adultos no puede ser punida como delito en la vida civil, pero en el orden militar la posibilidad de trascendencia del conocimiento de esa conducta afecta la imagen pública de las fuerzas armadas y la confianza que ellas deben gozar por parte de los habitantes de la Nación".

Lo cierto es que no fue la única vez que la sexualidad lo puso en aprietos al magistrado. El caso más resonante fue el de los prostíbulos que funcionaban en cinco departamentos de su propiedad. Pero también hubo fallos del juez que generaron malestar. El más resonante fue el "caso Tiraboschi". Zaffaroni tuvo una postura controvertida: afirmó que el sexo oral que el portero de un edificio obligó a realizar a una niña de 7 años no constituía violación porque no era una forma de acceder carnalmente a la víctima.

Además, consideró que si hay oscuridad "no hay abuso sexual" y determinó como un atenuante el hecho de que el portero hubiera forzado a la niña con la luz apagada. ¿Por qué se le perdonó esa argumentación a Zaffaroni y no, por ejemplo, a los jueces Benjamín Sal Llargués y Horacio Piombo? Estos últimos fueron los que hace un mes tuvieron que renunciar luego de que le rebajaran la pena a un violador de un niño de 6 años. El argumento: no era un hecho gravemente ultrajante porque el niño ya había sido violado con anterioridad.

Volvamos a los departamentos de Zaffaroni convertidos en prostíbulos. El ex juez siempre argumentó que él no sabía nada. Que era un hombre muy ocupado y que había delegado en una persona de su máxima confianza el alquiler de sus propiedades.

Y que esta persona había caído en manos de personas inescrupulosas que lo hicieron caer en una trampa. El encargado de alquilar esos departamentos era Ricardo Montivero, un hombre al que los amigos del magistrado definen como un compañero de vida (¿su amante?) y que vivía en la casona que el ex juez de la Corte tiene sobre la calle Boyacá.

¿Qué relación unía a Montivero con Zaffaroni? A nadie le hubiese interesado si no hubiera sido porque Montivero era el encargado de administrar esos alquileres. Y para saber si era verosímil que Montivero no le hubiera hecho ningún comentario sobre los conflictos de consorcio que incluían prostitutas y que, como después se supo, tenían varios años de antigüedad.

Alquilar esos departamentos para ejercer la prostitución es un delito. Y los departamentos pertenecían a un juez de la Corte. De hecho, se abrió una investigación por violación a la Ley de Profilaxis que tuvo a Montivero como protagonista.

El expediente se cerró en 2013 luego de que él se acogiera a un derecho que figura en el artículo 64 del Código Penal, que permite que en los delitos reprimidos con multa la acción penal se extinga tras el pago de la sanción mínima prevista. El juez de instrucción Carlos Manuel Bruniard aceptó el pedido porque Montivero no tenía antecedentes y resolvió que abonase 12.000 pesos para excluirlo de culpa y cargo.

En el 2006, la revista Noticias le preguntó sin prejuicios a Zaffaroni si era homosexual. Y el juez contestó: "No formulo manifestaciones sobre opciones personales. Eso es de cada uno".

Perdón

La entonces diputada Diana Conti se encargó de defenderlo y reveló cómo funciona la lógica K. Para los amigos, plasticidad. Para los enemigos, ni un paso atrás. "A Zaffaroni se le perdona lo que a otros no", dijo luego de que se conociera el libro que escribió durante la dictadura. "Si en el '80 pensó lo que pensaba, del '80 para acá su cabeza dio un giro revolucionario", agregó. A pesar de las exageraciones de Conti, es dificil dudar del perfil progresista del ex juez de la Corte.

Abanderado del garantismo y estudioso de las teorías de Michel Foucault, está convencido de que el Poder Judicial que integró es un "instrumento de control vertical", que las cárceles son "instituciones del secuestro" y que la delincuencia es, en general, "el fruto de ser víctima".

Ese garantismo al extremo le generó críticas hasta de sectores que nadie podría tildar de conservadores. La doctora en filosofía e integrante de Usina de Justicia, Diana Cohen Agrest, escribió un artículo en el diario Clarín en el que le cuestiona a Zaffaroni justamente ese doble rol de jurista y enemigo de las leyes: "Sea a través del abolicionismo franco, o a través de la retirada estratégica del agnosticismo penal, el resultado de las teorías de Zaffaroni es similar: deslegitimar la ley. La pregunta evidente es por qué él sigue dedicado a esa especialidad si no cree en ella, o peor aún, si cree que es ilegítima. Zaffaroni responde a este interrogante diciendo que su función como juez es limitar ese derecho penal inmoral, que desgraciadamente no puede borrar".

Inquilina hot

A cuatro años del escándalo de los prostíbulos que funcionaron en al menos cinco departamentos de Zaffaroni (fue en 2011), una actriz porno, inquilina del ex juez de la Corte, rompió el silencio.

Ana Touché- su nombre artístico- es uruguaya, y alquiló la propiedad que Zaffaroni tiene en Barrio Norte, en avenida Santa Fe 1240.

Touché aseguraba que Angélica Duarte, una de las dos primas que firmaron distintos contratos de alquiler con Zaffaroni, le subalquilaba ese departamento a ella y le cobraba más dinero porque "tenía protección" y "estaba todo arreglado con la policía". Su testimonio forma parte del libro "Sexo, política y plata sucia", de Franco Lindner.

"Angélica me dijo que no iba a tener ningún problema porque estaba todo arreglado con la policía, me dijo que eso era parte del precio que me cobraba. Yo le pagaba 2.500 pesos por semana, 10.000 al mes", dijo Touché. En el contrato que el apoderado de Zaffaroni, Ricardo Montivero, firmó con las primas Angélica Duarte y Marcia González, se hablaba de un alquiler de solo 1.600 pesos mensuales, una cifra irrisoria para esa época. ¿El número fue dibujado?

¿Cuál era el negocio de poner prostíbulos en esos departamentos? "Un negocio hay -responde Touché. Porque siempre se alquilan más caros cuando es para algo así. No sé si sabía Zaffaroni, pero es raro".

La actriz porno aseguraba que lo suyo no era lo que en términos legales se llama prostitución. "Lo mío no era un 'privado'. Yo daba clases y hacía shows de pole dance. En una de las habitaciones tenía dos caños. Hacía lo que quería, era algo entre el cliente y yo".

Muertes extrañas

El 18 de febrero de este año, el amante, apoderado y amigo íntimo de Zaffaroni fue encontrado muerto en el baño de una casa del exmagistrado, en el barrio porteño de Flores. Ricardo Montivero fue hallado por una empleada doméstica que trabajaba en el lugar.

La empleada se comunicó el sábado pasado el mediodía con el 911 para dar cuenta de la presencia de un hombre de avanzada edad en estado inconsciente en el baño de la casa ubicada en la avenida Boyacá al 934, según precisaron desde la Policía de la Ciudad.

Ante ese llamado, personal de la comisaría Vecinal 7C se trasladó hasta el lugar donde se constató que el hombre se encontraba sin vida. Los policías también se encontraron en el domicilio a Zaffaroni, quien aseguró que vivía allí junto a la persona fallecida a quién definió como su “amigo íntimo”. Era en realidad la pareja del homosexual y degenerado Zaffaroni.

El hombre fue identificado como Ricardo Montivero, de 76 años, y según indicó la policía porteña se habría desvanecido en la bañera cuando procedía a tomar un baño. El deceso fue constado por médicos del SAME que acudieron al lugar.

Según dijo Zaffaroni ante los oficiales, su colaborador y amigo tenía problemas de diabetes e hipertensión arterial.

Las fuentes indicaron que los investigadores que trabajaron en el lugar no encontraron signos de criminalidad en el cuerpo ni tampoco en el lugar y se trasladó el cuerpo a la Morgue Judicial.

En 2013 el nombre de Montivero ya había sido noticia cuando en calidad de apoderado de Zaffaroni había pagado una multa para dar por terminada la causa penal que se le había iniciado por los prostíbulos que funcionaban en distintos departamentos del exjuez.

En 2011 la fundación La Alameda había denunciado que en distintas propiedades que pertenecían al ex magistrado se prestaban servicios sexuales.

En aquel momento Zaffaroni reconoció que los inmuebles eran de su propiedad, pero había afirmado que desconocía lo que sucedía en ellos ya que los administraba su apoderado, es decir, Montivero.

Esta causa sufrió, además, el problema de que Marcia González, quien regenteaba cuatro de estos prostíbulos murió en 2012 en un accidente automovilístico en Misiones.

En el auto viajaban cuatro personas más, entre ellas Angélica Duarte, quien alquilaba los otros dos departamentos de Zaffaroni. Y era conducido por un ex comisario de la Policía Federal, Juan José Cantero, de 53 años, que había estado casado con Duarte y fue pasado a disponibilidad ante la denuncia de La Alameda.

Fuentes:

Revista Noticias

Grok: Inteligencia Artificial de Twitter

Diario Clarín

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