Uno que no aprende a soltar es el expresidente Alberto Fernández, quien desde que dejó la magistratura del Poder Ejecutivo nacional en diciembre del 2023, comenzó a tener nuevamente más actividad en las redes sociales, precisamente en Equis (ex Twitter) donde hace sus monólogos en 140 caracteres como el gran estadista que en su mundo imaginario cree que ha sido.

Claro, en frente tiene nada más y nada menos que a un monigote que aún hay gente tratando de explicar cómo llegó, Javier Milei, pero lo cierto es que, el que haya un desastre en la vereda contraria no habilita a que un nefasto mandatario como Fernández pueda apuntar el dedo contra nadie. Y las redes sociales, la caja de resonancia más grande que hay en la actualidad de la sociedad, se lo hacen notar.

Son más los gestos de desaprobación a todo cuánto publica o dice el ex mandatario nacional, que el acompañamiento.

Estamos hablando de un presidente que incrementó de manera exorbitante la inflación, que durante la pandemia mientras la gente se moría, hacía fiestas privadas en Olivos, que le negó el traslado a personas enfermas, pero usó los recursos del Estado para, entre otras cosas, pasear a su mascota.

Ahora, el mismo que hacía esas cosas, publicó lo siguiente: “Milei viaja con dinero del Estado a un mitin del fascismo mundial. Eso ocurre mientras tu salario se deprime y se quiebra el empleo registrado. Entendemos que el desarrollo argentino y el bienestar del pueblo no están en sus planes?”, y por supuesto, la comunidad en las redes, no se lo dejaron pasar.

“Alberto cabeza de termo inexorable, dejaste al país re contra pobre, mientras tus dirigentes robaban a dos manos. Ni te comparas a Milei. Sos un insulto. No estás ni en los zapatos del economista que hoy es presidente de Argentina. Tal es así, que vos y mujer huyeron del país”, le escribió una persona.

“Vos criticando, no te da vergüenza? Cuántos viajes hiciste con comitiva innecesaria?”, puso otro usuario.

Varios adjuntaron notas y documentos sobre los innumerables viajes del expresidente gastando millones de los recursos del Estado, la compra del avión nuevo Tango 01 como un capricho de última hora de alguien que ya se iba; y por supuesto, la famosa foto de la fiesta de Olivos.

No Alberto, no solo no suelta, sino que está convencido de que tiene chances, atacando a la imagen de un presidente que solo se cae a pedazos, y piensa que patear a alguien que está en el piso, lo va a salvar del juicio que ya le hará la historia argentina. ¿Quizás está proyectando lo que hicieron con él durante su mandato?