En su alocución en el acto del Instituto Patria para conmemorar los 50 años del asesinato del Padre Mugica, la ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo sus críticas al ajuste libertario, pero centró su discurso en la crisis de liderazgos que desgarra al panperonismo. "Si nos organizamos, las cosas van a cambiar", enfatizó.
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— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) May 11, 2024
A 50 años del martirio del Padre Mugica, junto a sacerdotes, religiosas y laicos de comunidades entronizamos a la Virgen de Luján en el Salón de las Mujeres del Bicentenario del Instituto Patria. https://t.co/19DFxLhfBp
Por estas razones Cristina sabe que es momento de salir de su nunca confirmado retiro y ocupar ese lugar central para reempoderarse. Esta determinación es un golpe a la mandíbula al peronismo, ya que no podrá salir de su anarquía y atomización interna mientras ella siga manipulando la interna.
Nadie consigue reemplazarla
Si bien en los últimos tiempos asomaron la cabeza Juan Grabois, Guillermo Moreno y Axel Kicillof, ninguno consigue hacerle sombra. Los dos primeros son mediáticos, pero no suman votos en las urnas. Con Axel es distinto, ya que su avance en las encuestas y los diversos armados que se están gestando a su alrededor lo convierten en un riesgoso contrincante interno, para una herencia que ella pretende legar a su hijo (Máximo Kirchner), como en un sistema monárquico.
Sus apariciones apuntan en dos direcciones convergentes: criticar al gobierno para convertirse en su principal opositora, para simultáneamente recuperar su liderazgo para tratar de aglutinar al panperonismo y a buena parte del progresismo.
Claro está que nada asegura si podrá conseguirlo, ni si muchos que se alejaron por ya no soportarla, ni a ella ni a la Cámpora, estarían dispuestos a volver. Pero insistirá de igual modo, ya que si hay algo que no soporta es el anonimato.