El ex ministro de Trabajo de Raúl Alfonsín, Juan Manuel Casella, tiró la posta: la UCR tendría un Plan B para pacificar la interna entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, que pone en riesgo la continuidad de la coalición opositora.

“Existe un Plan B con fórmula cruzada”, afirmó y dijo: “Morales quiere ser candidato a presidente” en esa alternativa”. 

El presidente de la UCR no es tenido en cuenta en los análisis políticos de los grandes medios, el presidente de la UCR como alternativa presidencial, pero lo cierto es que no ha bajado su precandidatura. En su entorno le prenden velas a que la virulencia de la interna del PRO siga incrementándose, y que, para evitar la ruptura, los precandidatos del PRO deban terminar aceptando una fórmula cruzada de consenso, con un candidato a presidente radical.

Es que las cosas van de mal en peor. Este sábado, al conocerse el alto grado de avance en las conversaciones de Horacio Rodríguez Larreta para sumar a Juan Schiaretti a Juntos por el Cambio, el bullrichismo estalló: no quieren saber nada y dejaron en claro que estarían dispuestos a abandonar la coalición en caso de que se concrete esa incorporación.

En opinión de la conducción institucional de la UCR, “Lilita” Carrió y Miguel Pichetto la sumatoria del cordobés sería una jugada maestra. “De jaque mate”, grafican.

Los “halcones” del PRO están divididos: para los que aún se mantienen en la órbita de Mauricio Macri se trata de una “iniciativa virtuosa” aunque de dudosa realización. Para los “patricios” sería el comienzo del fin de JxC.

Casella expresa una esperanza moderada de que finalmente el candidato presidencial de JxC sea un radical. Y no tiene dudas sobre quién debería serlo.

“Todos presumimos que Facundo Manes puede ser candidato pero en lo personal creo que debe ir Gerardo Morales, que fue el único que oficializó su candidatura. Morales tiene una trayectoria visible en el radicalismo desde hace treinta años y tiene una buena gestión en su provincia, que verifica que el radicalismo tiene capacidad de gobernar”, dijo.

La “operación Schiaretti” puso en vilo a Juntos por el Cambio y movieron las fichas en el tablero. Todos sacan sus cuentas y evalúan sus posibilidades. También Javier Milei, quien podría ser el principal beneficiario de una eventual estampida.