Política
Desaparece el movimiento

El kirchnerismo pierde a su jefa y se queda sin brújula: analizan movilizar pero sin referentes ¿están pérdidos?

La decisión de Cristina Kirchner de bajarse de cualquier candidatura en 2023 dejó en estado de desconcierto al kirchnerismo duro, que por estas horas trata de reaccionar al golpe para definir cómo siguen.
La decisión de Cristina Kirchner de bajarse de cualquier candidatura en 2023 dejó en estado de desconcierto al kirchnerismo duro, que por estas horas trata de reaccionar al golpe para definir cómo siguen.

La decisión de Cristina Kirchner de bajarse de cualquier candidatura en 2023 dejó en estado de desconcierto al kirchnerismo duro, que por estas horas trata de reaccionar al golpe para definir cómo siguen.

El mensaje de Cristina caló hondo en La Cámpora y los dirigentes más cercanos a la vicepresidenta, que además anoche en Punta Lara les pidió cortar con el romanticismo y ponerse "a laburar" para las elecciones.

Las palabras de la vice en la cena que le armó Mario Secco fueron interpretadas como un reclamo de mayor acción política y menos mensajes, pero lo real es que por estas horas hay una suerte de parálisis y nadie sabe qué hacer. Lo único claro es que Cristina va a la guerra y tienen que prepararse para una radicalización.

Esto implica una preocupación extra para los sectores del kirchnerismo que buscan mostrarse como más moderados y que saben que para ellos la etapa será mucho más complicada. Son varios los que cuestionan la radicalización extrema y temen por sus propios futuros.

Los dichos de Cristina sobre menos mensajes y más trabajo coinciden con un reclamo bastante extendido en las redes sociales de los militantes para los dirigentes camporistas y afines para que haya mayor firmeza y más acciones frente a la condena. En las respuestas a posteos de dirigentes como Andrés Larroque y Mayra Mendoza pueden verse decenas de mensajes en ese sentido.

El albertista Luis D'Elía metió el dedo en la llaga con un mensaje clarísimo para la organización de Máximo Kirchner: "Se pasaron dos años cantando `si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar´ y ayer la tocaron y se quedaron en su casa". "Esto no se resuelve con leguleyería barata, con debates de intelectuales, sino con el pueblo en la calle", agregó el dirigente.

La decisión de La Cámpora de no movilizar ante la inminente condena a Cristina había desorientado a los militantes, aunque el anuncio posterior de la vicepresidenta parece una explicación de esa decisión.

De todos modos, el debate sobre la movilización sigue abierto. Mariano Recalde planteó como fecha posible de una marcha este sábado 10 de diciembre, pero en el kirchnerismo creen que será muy difícil movilizar en un fin de semana extra largo. Otra versión indica que el próximo lunes 12 podría realizarse un acto en el centro porteño en el marco de una presentación de Cristina en el CCK, durante una actividad del Grupo de Puebla.

Pero lo concreto es que por ahora no hay ningún operativo de movilización y en las intendencias y organizaciones sociales no todavía no recibieron ninguna indicación al respecto.

Lo que deja en evidencia esto es la falta de una línea estratégica clara sobre los pasos a seguir, algo que también aparece de cara a 2023 cuando que haya que definir listas y acuerdos con el resto del peronismo.

La dirigencia empieza a prepararse para un año que será muy diferente sin Cristina ordenando y definiendo lugares en las listas. La incertidumbre mutó en preocupación de muchos que reactivaron viejos chats para comenzar a tantear el escenario de regreso a antiguos puestos en sus distritos. Con ironía, en el kirchnerismo dicen que el mensaje más repetido por estas horas es "¿Qué hacés, perdido?".

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