La indignación popular por la muerte de la pequeña Zoe Córdoba, de cuatro años de edad, ha resonado como una campana, especialmente en las ciudades de Chilecito y La Rioja. Otro asesinato que se podría haber evitado, pero la justicia falló nuevamente, al igual que en el caso Lucio Dupuy.

El cuerpo calcinado de Zoe fue hallado en los fondos de una casa del barrio Loteo San Andrés, lugar donde vivía con su madre. El hallazgo conmocionó a toda la capital provincial. Por el hecho detuvieron a su progenitora, una mujer de 22 años, y a un pastor evangélico que resultó dueño de una moto que fue encontrada junto al cadáver de la menor.

Sus familiares y vecinos realizaron múltiples marchas al Palacio de Tribunales, con protestas hacia la Justicia que le otorgó la tenencia de la pequeña a la madre. "Le dijimos al juez que la madre andaba de joda, nos respondió que la madre era dueña de dejar a la nena donde quiera", dijo el abuelo de la pequeña, quien había dejado seentado que la niña corría peligro estando con su progenitora.

La movilización también incluyó protestas frente a la Secretaría de la Mujer, Género, Igualdad y Familia, área municipal cuya titular es Nelly Saguas, y de la cual depende el Consejo de Protección de la Niñez y Adolescencia.

Su abuelo explicó además que ella vivía con él y su esposa hasta febrero de este año en Chilecito, pero vino su madre, pidió la tenencia y el juez Martín Pueyrredón se la concedió a pesar de las denunicias en su contra. “Siempre íbamos a La Rioja, siempre a la Justicia y a la policía, sin lograr resultados positivos", contó el hombre, Indignado por lo sucedido manifestó ya que la nena había sido abandonada por su madre a los seis meses. "A la chiquita la criamos nosotros, yo, mi mujer y mi hija. La nena no quería saber nada con su madre, se quería ir a toda costa con nosotros", remarcó.

El abuelo dejó entrever que debería haber una línea de investigación respecto a sus dudas si la nena fue quemada adrede "para ocultar otro hecho". "Algo pasó con la nena, Dios quiera que no la haya tocado", enfatizó y aseguró que la madre de la nena consumía alcohol y drogas, e inclusive que habían enviado evidencia a la Justicia de Chilecito sobre las fiestas en las que participaba la madre.

La jueza que interviene en el caso, Díaz Marano, ordenó la recolección de evidencias, el secuestro de algunos elementos de interés para la causa y el levantamiento de muestras en el lugar donde estaba el cuerpo para ser peritadas. Marano también convocó la presencia de una trabajadora del Cuerpo Asesor Técnico Interdisciplinario (CATI), con el propósito de organizar una intervención socio-vecinal para obtener datos que puedan aportar a la investigación, así cómo también del Cuerpo Médico Forense para la realización de la autopsia y el resguardo de muestras biológicas para un posterior cotejo de perfil genético.

Una fuente de la investigación indicó que la hipótesis judicial es que la madre “no estaría diciendo todo lo que sabe o habría participado del crimen”. La jueza, mientras tanto, decretó el secreto de sumario.

Sobre los avances de la causa, aseguró que "hasta ahora no tenemos nada", y agregó que "estamos luchando por llevarnos el cuerpito y poder hacerle una cristiana sepultura, pero tenemos que esperar los resultados de la autopsia".